Vale si, el nombre de la receta es raro, pero no se me ocurría otro y eso pasa por mezclar recetas, que al final sale algo muy rico pero sin nombre, y hay veces que estas inspirada y otras no. Pero de todas maneras el título le hace honor al plato porque realmente es eso, tal cual.
Todo empezó con una hermosa carrillera de ternera que tenía en el congelador y tenía que darle salida, por variar un poco hice lo que hacemos todos mirar en internet para darnos ideas, pero claro hay taanta información y tantas buenas recetas, que al final la libreta estaba llena de recetas, y decidí coger la salsa de un solomillo de cerdo de no recuerdo quién con un pastel de carne de Jamie Oliver, y ésto fue lo que salió....
INGREDIENTES
1 carrillera de ternera
2 cebollas grandes
4 cucharadas de aceite de oliva
1 vaso (de agua) de Pedro Ximenez, yo utilicé de "El guiso"
1 vaso (de agua) de caldo de pollo
un poco de harina para rebozar los trozos de carrillera
sal
pimienta negra
una plancha de hojaldre, en mi caso del Lidl
Cortamos la carrillera en trozos no muy grandes, los salpimentamos y rebozamos en harina quitando el exceso. En una sartén con un poco de aceite doramos los trozos, los sacamos a una fuente y reservamos. Añadimos a la sartén el vaso de Pedro Ximenez y damos vueltas con una cuchara de madera para desprender del fondo los jugos que hayan quedado de la carne.
En una cazuela grande pochamos la cebolla cortada en juliana con el aceite a fuego lente, hasta que esté bien hecha, unos 20 minutos.
Añadimos los trozos de carrillera a la cazuela de la cebolla, el Pedro Ximenez de la sartén, el caldo de pollo, reftificamos de sal y dejamos cocer a fuego lento 3 ó 4 horas, o en olla expres (que asi lo hice yo) unos 30 minutos.
NOTA: si como yo, optais por la olla tendréis que dejarlo cocer una vez hecho sin tapadera unos minutos para que espese un poco y no quede tanto caldo. Tiene que quedar mas concentrado. La carne casi se tiene que deshacer.
Se llenan unas tazas que puedan ir al horno hasta algo mas de la mitad con la carne, se tapa con hojaldre, pintamos con huevo batido y al horno hasta que esté doradito, e inmediatamente a comer.
Seguramente, vamos seguro, que no ha inventado nada, pero os aseguro que está buenísimo, y a todos nos ha encantado a la hora de comerlo, eso de romper el hojaldre. oler el guiso tan rico y meter el tenedor, ummmm.