Y cual es esa variante os preguntaréis... pues que no lleva bechamel. Aunque viendo las fotos pudiera parecerlo no es bechamel es solamente un ingrediente. Os voy a dar mas pistas: tiene dos palabras, una de ellas hace referencia al país del que es originario la moussaka.
Si todavía no lo sabéis tendréis que ir a la lista de ingredientes.
INGREDIENTES
2 berenjenas
600 gr. de carne picada (la receta original lleva carne de cordero, pero poner la que mas os guste)
1/2 cebolla
2 dientes de ajo
1 pimiento verde
salsa de tomate casero
un chorrito de brandy
1/2 vasito de vino blanco
2-3 yogures griegos (naturales)
queso rallado
sal
aceite de oliva
El ingrediente secreto es el yogur griego, he sustituido la bechamel tradicional por yogur y ha realzado el sabor de la moussaka porque ese ligero toque agrio de los yogures le va fenomenal al plato. La idea la vi en un blog hace mucho tiempo, y no recuerdo cual era. Creo que añadía al yogur un poco de maicena, pero yo no la he puesto.
Pelamos las berenjenas y las cortamos longitudinalmente muy finas, si tenéis mandolina mucho mejor, me gusta hacerlas finas porque las hago a la plancha con muy poquito aceite, se pueden freir pero mi me gustan mas de la otra manera, no chupan tanto aceite. Las reservamos.
En una cazuela baja sofreímos la cebolla, el pimiento y el ajo, echamos la carne picada, salpimentamos y dejamos que se haga. Luego añadimos el brandy y el vino blanco y dejamos hacer hasta que se evapore todo el líquido.
Mezclamos la carne con la salsa de tomate casera y ya podemos montar la moussaka.
En fuente de horno colocamos capas de berenjena y carne, hasta que se nos acaben los ingredientes.
Mezclamos el yogur con un poco de queso rallado y un pelín de sal y lo ponemos por encima como última capa. Echamos mas queso rallado y lo gratinamos en el horno.